A partir de los 6 meses se introducen progresivamente alimentos diferentes de la leche materna o de fórmula en la dieta del niño. Los motivos son fundamentalmente nutricionales, adaptados al desarrollo neuromuscular, familiar, social y educacional.
El período transicional va de los 4 a 6 meses hasta el año, aproximadamente. Durante este periodo se inicia la diversificación de alimentos (alimentación complementaria) con alimentos diferentes de la leche, que se van introduciendo progresivamente. Los nuevos alimentos deben prepararse de forma adecuada en consistencia y cantidad para no sobrepasar el ritmo de maduración digestiva y renal, así como el progresivo desarrollo neuromuscular. Este último le permitirá conocer los alimentos, masticarlos y distinguir sabores, olores y colores de éstos.
Este período debe favorecer el desarrollo de los sentidos, aprovechando la ampliación de alimentos para pasar de la succión en la cuchara, lo que le permitirá saborear mejor y cambiar la textura, de líquido a triturado y cuando tenga dientes a troceado. De esta forma, hacia los 18 meses el niño es capaz de conocer los alimentos básicos y los sabores fundamentales: dulce, salado, ácido y amargo.
En el inicio de la alimentación complementaria, para no provocar anorexia, obesidad, hipertensión y alergias, se tendrán en cuenta los siguientes aspectos:
- Hay que empezar entre los 4 y 6 meses.
- Cada nuevo alimento se introducirá por separado, en pequeñas cantidadesque irán aumentando gradualmente a medida que el niño lo acepta y lo tolera.
- El alimento nuevo se acepta mejor sise ofrece triturado o diluido, y entre dos alimentos nuevos se dejará pasarentre 1 y 2 semanas.
- No hay que aportar más de la mitad de los requerimientos energéticos diarios.
- La ingesta diaria de leche o de derivados lácteos debe ser de 500 ml. para mantener los requerimientos energéticos básicos de calcio y ácidos grasos esenciales.
- Los alimentos con gluten deben darse a partir de los 8 meses.
El tipo y orden en la introducción de los alimentos adicionales es variable, pero se aconseja comenzar por los cereales sin gluten, las frutas y las verduras, continuar con los pescados y las carnes y finalmente añadir los huevos, vísceras y productos elaborados.
Uno de los puntos más delicados de la alimentación del lactante es la introducción de nuevos alimentos, esencialmente porque el aparato digestivo del niño no tiene aún una flora bacteriana adecuada que le ayude a asimilar correctamente los alimentos.
A continuación se explica cuándo y cómo se deben ir introduciendo los diferentes alimentos necesarios para un buen desarrollo físico y general del niño.
- Los cereales.Se introducen los 4-6 meses, nunca antes de los cuatro. Primero serán sin gluten para evitar sensibilizaciones e intolerancias a esta proteína (el trigo, la avena, el centeno y la cebada contienen gluten; el arroz y el maíz, no) ya partir de los 7-8 meses se pueden mezclar. Los cereales contribuyen al aporte energético, son fuente de proteínas, minerales, vitaminas (tiamina especialmente), ácidos grasos esenciales e hidratos de carbono de absorción lenta, por lo que permiten más separación entre las tomas. No obstante, al tratarse de un alimento calórico, existe el riesgo de sobrealimentación si se abusa de su consumo. Para preparar las papillas debe utilizarse la leche habitual y añadir el cereal necesario, manteniendo así el aporte mínimo de 500 centímetros cúbicos de leche diarios.
A partir de los 12 meses se puede dar pasta más gruesa como macarrones, que el niño ya puede masticar ya partir de los 15 meses se pueden introducir cereales de desayuno que no contengan azúcar añadido y poco elaborados como magdalenas y bizcochos o galletas.
En las papillas son menos recomendables los preparados que ya contienen cereales y leche de origen y se preparan con agua, ya que es más difícil calcular la cantidad de leche usada.
- Las frutas. Se comienza a partir de los 4-6 meses. Emplear frutas variadas(naranja, manzana, pera, uva, ciruela…) para educar el gusto, y es preferible evitar las más alergénicas como la fresa y el melocotón, ya que se suelen introducirse después de conseguir la aceptación de los cereales, aunque se puede hacer al revés, primero la fruta y después los cereales. No deben endulzar con azúcar ni tampoco incorporar galletas hasta después de los 7 meses, ya que éstas contienen gluten. De las dos raciones diarias es importante que una sea un cítrico. Conviene dar, además, un zumo de fruta natural una vez al día, de unos 50 ml.
- Las verduras y patatas. Irán introduciendo a partir de los 6 mesesbuscando su aporte de sales minerales. Al principio se deben evitar las verduras con alto contenido en nitratos, como la remolacha, las espinacas, las acelgas y los nabos, y decantarse por patatas, judías verdes, calabacín, etc. e introducir las otras más tarde. Se puede añadir una cuchara de postre de aceite de oliva al puré, pero NUNCA sal. Se deben cocer con poca agua y aprovechar el caldo de cocción, donde queda disuelta parte de las sales minerales. Al inicio, se recomienda evitar las verduras flatulentas (col, brócoli, nabo…) o muy aromáticas (ajo, espárragos…). Estas se pueden incorporar entre los 12 y 15 meses.
A partir del año se puede intentar dar un poco de verdura cruda que sea tierna, por ejemplo, un poco de lechuga. Hay que cortarlo en trocitos pequeños.
- Las carnes. Son preferibles las menos grasas, empezando por el pollo y nunca antes de los seis meses, en una cantidad de 10 a 15 gramos por día y aumentando 10-15 gramos por mes, hasta un máximo de 40 a 50 gramos. Hay que mezclar y batir la carne con las verduras. Posteriormente se introduce la ternera y el cordero. Aportan proteínas de alto valor biológico, lípidos, hierro, zinc y ciertas vitaminas.
Las vísceras (hígado, sesos, etc.) no tienen ventajas sobre la carne magra y aportan exceso de colesterol y grasa saturada.
- El pescado. No se debe introducir nunca antes de los nueve meses, por su alta capacidad de provocar alergia, y si tiene antecedentes familiares de alergia alimentaria se puede esperar incluso después del año de vida. A partir de esta edad, el pescado puede sustituir algunas tomas de la carne. Es conveniente empezar por los pescados blancos.
- Los huevos. Se introducirá primero la yema cocida sobre el noveno mes(inicialmente un cuarto, la semana siguiente medio y al cabo de un mes entero) añadido al puré del mediodía; para tomar el huevo entero, con la clara, habrá que esperar hasta los doce meses. El huevo puede sustituir la carne, y se pueden tomar 2-3 unidades por semana. La yema es buena fuente de grasas, ácidos grasos esenciales, vitamina A, D y hierro. La clara aporta principalmente proteínas de alto valor biológico, entre las que se encuentra la ovoalbúmina, que tiene una gran capacidad de provocar alergias. No se deben dar más de 2 huevos por semana.
- Las legumbres. Se pueden tomar añadidos al puré de verduras a partir de los 18 meses. Si se mezclan con arroz u otros cereales, sustituyen la carne, y se pueden tomar así hasta dos veces por semana. Después del guisante, los mejor tolerados son las lentejas. Las judías secas se dejarán para más adelante y finalmente se introducirán los garbanzos según la tolerancia del niño (antes de que las alubias). Las habas tienen una piel muy gruesa y es mejor esperar. Aunque deberán triturar las legumbres, y si es posible, pasarlos por un pasapurés, para eliminar las cascarillas. Los guisantes se pueden dar aplastados con el tenedor.
- Azúcares refinados, miel y otros dulces. No es recomendable el consumode azúcar, ya que la dieta del niño tiene un aporte adecuado de hidratos de carbono. Es muy importante no alimentar a los lactantes con miel ni jarabe de maíz ya que estos alimentos se han identificado como las únicas fuentes dietéticas de las esporas del Clostridium botulinum y, en esta edad, no tienen la inmunidad para resistir el desarrollo de estas esporas causantes del botulismo.
- El agua. Mientras el lactante recibe sólo leche materna o fórmula adaptada, no suele necesitar líquidos adicionales, salvo en situaciones extremas de calor o pérdidas aumentadas (fiebre, diarrea). En cambio, cuando se introduce una alimentación complementaria, como que supone una carga renal superior de solutos (sustancias disueltas en líquido: sales minerales, glucosa…), no basta con los líquidos aportados por la leche y otros alimentos y se debe ofrecer al niño agua con frecuencia.
- La leche de vaca. Nunca se introducirá antes del año, y cuando se incluya en la dieta deberá ser entera, por su aporte de vitaminas liposolubles y grasas, a menos que haya alguna recomendación médica que especifique otra cosa. Irán incorporando, de forma gradual, varios derivados de la leche, como pequeño Suisse, el queso fundido y el seco. De vez en cuando también se pueden dar flanes y cremas.