Baby Led Weaning

La introducción a los alimentos sólidos empieza a partir de los 6 meses, podemos encontrar muchas teorías, pero en los últimos tiempos se ha puesto de moda (y va cobrando fuerza), un nuevo método conocido como “Baby Led Weaning”, que plantea que sean los niños los que libremente vayan descubriendo los alimentos sin pasar por la fase de purés y triturados.


Este método fue ideado por la nutricionista Gill Rapley, escritora del libro Helping your baby to love good food (El niño ya come solo, en español) y directora adjunta de la Iniciativa de Hospitales Amigos de los Niños (IHAN) de UNICEF en Reino Unido.

Según Rapley lo ideal es iniciar la alimentación invitando al bebé a comer alimentos fáciles de masticar que formen parte de la dieta de los padres, ofreciendo una transición de la leche a la comida de un modo natural, ya que todo sucede al ritmo de los pequeños y en base a sus capacidades, deseos y necesidades. Intentando aprovechar la curiosidad innata de los bebés, para que vayan probando diversos alimentos tal y como son.

Las principales dudas que aparecen cuando se habla sobre este tema son:

Pero si le doy comida se atragantará ¿no?

Este tipo de alimentación genera la lógica duda en los padres de si su hijo no se ahogará comiendo de esta manera. En principio si el niño se mantiene solo en posición vertical y es capaz de coger los alimentos con sus manos y llevarlos a la boca tiene la capacidad de masticar (aunque no tenga dientes) y podrá desplazarlos a la parte posterior de la misma para tragarlos sin problemas (eso no quita que haya que vigilarlos mientras comen).

La capacidad de coger cosas pequeñitas llega más adelante, es por ello que un niño que se alimenta de lo que él coge no se puede atragantar con cosas pequeñas porque no tiene la habilidad necesaria para cogerlas y soltarlas en la boca.

Los bebés de 6-8 meses agarran las cosas con la mano entera y, como mucho, haciendo pinza con los dedos pulgar e índice entero (pinza inferior). Con este modo de coger las cosas sólo pueden comer (o chupar) lo que sobresale de sus puños, por eso les va mejor coger trozos muy grandes que trozos pequeñitos, que no sabrán cómo comer.

La carne, por ejemplo, es mejor ofrecerla en filete, ya que así lo pueden coger entero e ir chupando la parte que sobresale. En el momento en que son capaces de coger los alimentos y soltarlos en la boca es mejor ofrecerles carne picada.

Dicho de otro modo, según Rapley, lo ideal es empezar con trozos grandes, del tamaño del puño del bebé y un poquito más, ya que ese poquito más será lo que el bebé comerá, roerá o chupará.

Alimentos ideales para empezar pueden ser la pera o la manzana, cortadas en rodajas muy finas, que si están un poco maduras las puede deshacer bastante bien en la boca, el brócoli, ya que agarran el tallo con su mano y comen el resto, un filete pequeño de carne, una zanahoria hervida, patata…

De todas formas, tampoco pasaría nada si le ofrecemos guisantes, arroz o garbanzos. Si son pequeños y no están preparados, se pelearán con ellos más que comérselos (los atraparán en la mano y no sabrán como abrirla para meterlos en la boca) y, si consiguen hacerlo entrar en la boca, probablemente ya están preparados para masticarlos.

¿Y si lo consigue, pero no está preparado?

Pues hay tres opciones:  una que se lo coma perfectamente, otra que se atragante, haga un “arggg” y la comida vuelva a la boca para volver a ser masticada y la última que nos asustemos y ante la duda saquemos el trozo con el dedo como cuando se meten algún objeto pequeño.

¿Qué alimentos ofrecer en cada edad con el Baby Led Weaning?

Igual que con otras formas de introducción de la alimentación complementaria aquí no hay una norma universal con una pauta fija indiscutible. Yo mismo aconsejo a veces a los padres pautas para introducir la alimentación complementaria en plan “esta semana fruta, en dos semanas verdura, dos semanas después la carne…”. Pero está claro que son arbitrarias y simplificaciones no necesariamente ideales.

Lo que me parece más interesante es:

Tener claro cuando hemos introducido por primera vez cada alimento o familia de alimentos. Eso facilita que se detecten alergias o intolerancias si las hay.

Saber qué alimentos no deberían darse antes de qué edad. Simplificando, prefiero decirlo en orden inverso:

A partir de los 4 años puede comer de todo.
Frutos secos no antes de los cuatro años (peligro de atragantamiento).

Desde los 2 años pescado azul grande (atún, bonito, caballa). Antes no por su contenido en metales pesados.
Desde los 2 años Chocolate: Rico en histaminas, favorece la aparición de alergias y la mayoría cuando lo prueban les gusta y pasan a tomarlo con frecuencia.

También desde los dos años Marisco: Puede causar alergias intensas.

Desde el año: Verduras de hoja verde (acelgas y espinacas son ricas en nitratos y en menores de un año pueden producir intoxicaciones).
Desde el año: Miel (antes del año es causa a veces de intoxicación botulínica).
Desde el año: Pescado azul pequeño como el boquerón o la sardina (más alergénico que el blanco y más difícil de digerir).
Desde el año: Leche de vaca entera si previamente ha tomado otros lácteos procedentes de la vaca sin problemas.

El resto de alimentos pueden empezar a darse prácticamente desde los 6 meses. Habría posibles matizaciones sobre cómo hacerlo, si antes uno u otro en concreto. Pero en realidad no hay un motivo para no darlos a priori.

OJO los huevos se recomienda introducir  primero la yema cocida sobre el noveno mes, y  para tomar el huevo entero,  ya que La clara se encuentra la ovoalbúmina que tiene una gran capacidad de provocar alergias,  habrá que esperar hasta los doce meses.

Cuándo no debería llevarse a cabo

Este sistema no debería utilizarse en bebés con historial de intolerancias a alimentos, alergias o si es prematuro. Es cierto que a veces rechazan algunos que les habrían producido intolerancia, pero en el momento en que un niño padece algún tipo de intolerancia, el control debería pasar a manos de los médicos, que decidirán cuándo es el momento idóneo para ofrecer nuevos alimentos.

Ventajas

 

  • Los niños aceptan mejor las diferentes texturas y sabores, tienden a aceptar más alimentos y sus menús son muy similares a los de los adultos. Esto es porque además de fijarse en el sabor, la temperatura y la textura por la boca, pueden fijarse en el color, en la forma, en el tacto, en la temperatura al tocarla, en qué pasa cuando golpeas los alimentos contra la mesa, etc.
  •  Comen a demanda, la cantidad que sus cuerpos les piden y eligen el alimento que puede aportar más según los requerimientos nutricionales de cada momento.
    Como es su propia curiosidad la que les lleva a probar alimentos, son ellos los que deciden qué y cuánto comer, qué les gusta y qué les disgusta y se fomenta la autonomía de los bebés.
  •  Al comer los alimentos por separado, conoce todas sus características de forma aislada, así el plátano sabe a plátano, los guisantes a guisantes y la carne a carne. Con las papillas, en cambio, deben asimilar un sabor extraño que probablemente no volverán a probar jamás.
  •  Pueden comer lo mismo que comen los adultos, por lo que puede sentarse a la mesa con ellos y ser uno más. De esta manera no hace falta tener que andar con papillas de aquí a allá, podemos ir como invitados a comer sin tener que preparar nada y en caso de urgencia podemos comprar un plátano o alguna otra cosa para que se la coman.
  • Los niños no se acostumbran a las papillas y triturados (textura que los adultos no solemos utilizar) y se aprovecha el periodo que hay entre los 6 y los 12 meses (aproximadamente) en que tienen una curiosidad impresionante hacia cualquier cosa. Pasado ese momento van perdiendo las ganas de aprender y probar cosas nuevas y es más probable que se acostumbren a los triturados y que lleguen a una edad más avanzada sin querer probar trozos y queriéndolo comer todo en papilla.

Desventajas

  •  No todos los alimentos pueden ofrecerse de este modo a los niños. En caso de que algún niño precise algún tipo de alimento concreto (normalmente en caso de necesitar una dieta especial por algún tipo de patología) puede hacerse una papilla en una de las tomas para añadir aquellos alimentos necesarios.
    En el caso de bebés sanos, la leche es el alimento principal hasta el año, por lo que no importa demasiado que no coma ciertos alimentos.
  •  Otra desventaja es lo que hace tres párrafos era una ventaja, que es una manera de comer sucia, muy sucia. El bebé come con las manos y mordisquea y succiona los alimentos. Todo ello hace que él mismo, la ropa y la trona acaben llenitos de comida.
  •  Provoca desconfianza: Aunque ya he explicado que es normal que a veces hagan alguna arcada e incluso que se atraganten, pues están aprendiendo (con las papillas también suele suceder al principio), muchas madres recelan o no se atreven a alimentar a sus hijos de esta manera. Lo ideal es ofrecer de inicio los alimentos de una manera más bien asequible y a medida que veamos que están más preparados se les puede ir dando comida más sólida.

1 comentario en “Baby Led Weaning

  1. No es una técnica nueva mi abuela ya introducía alimentos a trozos para que fueran chupando o chafando con sus ancias y poco a poco comiera como los demas

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