¿Cuándo tengo que darle agua?

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El agua es uno de esos elementos básicos que todo ser humano necesita para vivir y que ingerimos varias veces al día. Está tan presente en nuestras vidas que muchas personas creen que los bebés, como los adultos, necesitan beber agua a menudo.

 

 

La realidad es que razón no les falta, sólo que es algo a matizar. Los bebés necesitan beber agua, igual que los adultos (de hecho, necesitan bastante más que los adultos), pero el agua que han de beber ha de ir siempre acompañada de nutrientes. De no ser así los bebés correrían serios riesgos de desnutrición, al llenar sus estómagos de agua (que no aporta nutrientes ni calorías) sin posibilidad de dar alimentos en diversos momentos del día por esto mismo.

Si os estáis preguntando a qué me refiero con «agua con nutrientes», es muy simple: leche materna o, en su defecto, leche artificial. A continuación, explicaremos cuándo se les puede empezar a ofrecer agua, así, a secas, y cuánta pueden llegar a necesitar.

 El agua hasta los seis meses

El 70% del peso corporal de un lactante (bebé de 1 a 24 meses) es agua, mientras que en los adultos esa proporción es de un 50%. Al contener sus cuerpecitos una mayor proporción de agua necesitan tomar un 10-15% de su peso en agua cada día, mientras que nosotros los adultos nos bastamos con un 2-4%. Si hiciéramos un cálculo proporcional y bebiéramos lo mismo que deben tomar los lactantes probablemente moriríamos, porque equivale a unos 10 litros de agua al día.

Los bebés necesitan aproximadamente 700 ml de agua hasta el sexto mes de vida. Esta cantidad de agua proviene de la leche materna a demanda o de los biberones de leche artificial, por lo que durante esta etapa no necesitan probar el agua, ni se recomienda que lo hagan, ya que los bebés comen a menudo. Los que toman leche materna lo hacen a veces cada hora y otras dejan pasar más tiempo, mientras que los que toman leche artificial lo hacen cada 2-3 horas, a veces más, a veces menos. Comen a menudo porque necesitan comer a menudo. Su estómago es muy pequeñito y la energía que consumen para vivir y para crecer es mucho mayor, en proporción, que la energía que nosotros necesitamos, básicamente porque nosotros no tenemos que crecer ni triplicar nuestro peso en un año.

Esto quiere decir que además de comer a menudo, necesitan que aquello que coman esté cargado de nutrientes y de energía (estómago pequeño = poca comida muy concentrada).

Si a alguien se le ocurriera darle un día un biberón con agua a un bebé estaría desnutriéndole temporalmente, si lo hiciera todos los días estaría corriendo riesgos innecesarios. Creo que a ningún adulto se nos ocurre sustituir comida por un estómago lleno de agua o al menos no como hábito cotidiano de alimentación.

El agua entre los siete meses y el año

Los niños amamantados, por norma general, siguen mamando frecuentemente incluso cuando han comenzado la alimentación complementaria. Esto quiere decir que no suelen necesitar ningún aporte extra de agua, aunque tampoco pasaría nada si mientras comen alimentos que pudieran generar sed (sólo se me ocurren las galletas), se les ofrece un poco de agua por si la quieren tomar.

Los niños no amamantados en cambio hacen menos tomas de leche al iniciar la alimentación complementaria (muchos sólo la beben por la mañana y por la noche) y por esta razón es más probable que necesiten agua durante el día. Lo recomendable es ir ofreciendo y que vayan tomando la que necesiten.

El agua entre el año y los tres años

En este periodo de tiempo los niños deberían tomar aproximadamente 1,3 litros de agua. Esta cantidad se obtiene sumando el agua que proviene de los alimentos y la que los niños beben. Digamos que haciendo la resta un niño de estas edades debería beber, más o menos, unos 0,9 litros/día, que equivalen a unos cuatro vasos de agua.

No hace falta controlar las cantidades

Después de comentar cuánta agua necesitan los niños en las diferentes edades me veo en la obligación de sugerir que olvidéis los datos ofrecidos, no sea que alguna madre (o padre) empiece a insistir a su hijo, agua en mano, para que se la beba.

De igual modo que los adultos sanos no tenemos ni idea de cuánta agua tomamos a diario, no es necesario saber cuánta agua deben tomar nuestros hijos porque la naturaleza ideó un sistema muy eficaz y seguro que nos obliga a tomar agua de vez en cuando: la sed.

Los niños también tienen sed, así que, si respetamos su sed, ellos mismos beberán el agua que necesitan. Si son bebés y no piden «¡Agua!», se les ofrece y que sean ellos los que traguen o los que directamente aparten la cara.

Situaciones que hay que hidratar a un bebe

Hay momentos determinados que modifican las necesidades de que el bebe tome agua, En todos los casos sí es recomendable darle al niño y la cantidad que hay que darle dependerá del problema a resolver y debe ser tu pediatra quien te lo indique. Estas situaciones son:

. Las perdidas digestivas, diarreas y/o vómitos.

. Las perdidas urinarias: infección de orina o disminución de la capacidad de concentración del riñón (prematuridad).

. En caso de fiebre o días con mucho calor.

 

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